Psicología y Alimentación

Igual que la calidad del sueño está relacionada con el tipo de pensamiento y el potencial cognitivo disponible para cada uno, una relación sana con la comida disminuye la probabilidad de sufrir desajustes orgánicos y bioquímicos que influyen negativamente en la forma de pensar, actuar y cuidarse de la persona.

Definición, características comunes y consecuencias emocionales de los Trastornos de Alimentación

Los trastornos de la conducta alimentaria definen un manejo extremo de los impulsos por exceso o por defecto de la conducta alimentaria.

Se caracterizan por una autoimagen física negativa y distorsionada, que acompaña emociones aflictivas contra si mismo, disminuyendo paulatinamente la autoestima.   

Los trastornos de alimentación desencadenan en la persona conductas autodestructivas, que retroalimentan emociones negativas hacia si mismo, provocando una dinámica desajustada de relación de la persona con la comida y disminuyendo los gestos de autocuidado, que acaban por desestabilizar la autoestima, perdiendo criterio para valorar el propio cuerpo y las conductas hacia éste, aunque pueda existir buena crítica racional hacia otras personas.

Etiología de los Trastornos de la Conducta Alimentaria

La etiología de los trastornos de alimentación tiene diferentes índoles, que además interaccionan entre si ofreciendo cuadros emocionales y temperamentales disfuncionales.

Los trastornos de alimentación pueden estar relacionados con el tipo de personalidad ordenado y metódico, aunque sea selectiva, hacia aspectos concretos de la vida, sobretodo hacia la ingesta de alimentos. Pueden existir causas previas al desarrollo de los trastornos de alimentación , que señalan una maduración pobre del ámbito social del individuo, y/o un aprendizaje deficiente en demora de la gratificación de resultados, cuando son personas acostumbradas a conseguir aquello que se proponen de forma inmediata.

Tipos de Trastornos de Alimentación

Los psicólogos clasificamos los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TAC) en tres grupos:

Componentes Psicológicos de los Trastornos de la Conducta Alimentaria

Todos ellos muestran patrones comportamentales estereotipados, que forman dinámicas estructuradas y cíclicas entorno a la ingesta de alimentos, ciclos en que la persona se ve inmersa e incapaz de modificar.

La explicación tiene un componente social por el miedo al rechazo o búsqueda de la popularidad a través de la persecución de un cuerpo atractivo; y por otro lado existe un componente personal desde el momento, en que ese patrón de ingesta se ha aprendido y perfeccionado, asociado a la motivación propia e intrínseca de alcanzar las metas y objetivos personales propuestos, en peso y/o lineas y contornos del cuerpo. Ésto genera a su vez una autoimagen propia cada vez más distorsionada y menos real, caracterizada por exagerar supuestos defectos físicos y minimizar virtudes.

El rechazo a romper la dinámica enquistada, establecida para la ingesta de alimentos, se produce por el miedo a estropear todo el esfuerzo y sufrimiento dedicado al objetivo perseguido (la pérdida de peso o imagen del cuerpo), y el sentimiento propio de fallarse a si mismo, puesto que con la imagen propia cada vez más distorsionada, la persona continúa fantaseando con cambios físicos de su cuerpo en forma de ilusiones.

Si crees que puedes necesitar ayuda psicológica para superar un trastorno de alimentación, no dudes en pedir cita. Podemos poner en práctica estrategias para reaprender a mantener una relación sana contigo mism@, con los que te rodean, con la vida y con la comida.

Para saber más sobre Trastornos de Alimentación pincha sobre el siguiente artículo.

  • Dieta del permiso
    Detrás de un Trastorno de Alimentación siempre hay un problema emocional, que genera una autoimagen negativa de si mismo física y emocional, contra el que la persona se rebela fustigando su cuerpo
 

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