Separación y Divorcio con Hijos

No se necesita cuchillo y tenedor para mostrar elegancia pelando la fruta con delicadeza. El divorcio es la consecuencia probablemente de muchas variables y por principio debería ser el final de los conflictos. Pero más al contrario, por lo general  y más en etapas iniciales, es una fuente de desavenencias. No hace mucho alguien me planteó una pregunta sencilla de responder desde la distancia emocional y complicada en la medida que te sientes parte emocional de ese conflicto. ¿ Qué hace un padre divorciado cuando un hijo le pregunta?:

–          ¿Papá, tu trabajas?

–          Claro, cariño. ¿Por qué me preguntas últimamente tanto eso?

–          No, por nada, porque la abuela (madre de la madre) dice que

no trabajas

La respuesta a la  pregunta es sencilla. Cualquier cosa vale mientras el niño vea que no le das importancia y por supuesto salvaguardes la imagen de la abuela. Al fin y al cabo son sus raíces.  La dificultad estriba en el manejo personal de esa cuestión y las venideras, porque ahí no acaba.

Incluso la explicación racional, en este caso, permite proteger la integridad personal. Hay veces que no. Después de conocer más del asunto, tal vez hace falta explicar con sutilezas, que ese comentario responde al disgusto de una abuela por el divorcio de la hija.

La liberación de la mujer hace que hoy en día la crisis de la mediana edad sea más abundante entre el sexo femenino que el masculino y se manifieste de otra forma, por ejemplo con el abandono amoroso a instancias femeninas.

Alienación Parental

Ese comentario responde por una parte a las explicaciones que ha ofrecido la divorciada a los suyos para tomar la decisión de divorciarse; y por otra a la necesidad de la abuela de salvaguardar la figura de la hija, pese a la duda y cuestionamiento de los motivos por parte de la abuela, que la hija ofrece de su decisión. Más aún cuando un mes después de romper la convivencia con el exmarido, la hija de la abuela está en plena luna de miel de una nueva relación de pareja, que lleva fraguando mucho antes de dar la noticia del divorcio. Lo que todavía no sabe es que probablemente no será la última. La historia se repite.

La aparición del comentario en el niño dice mucho de todos. Pero, ¿Qué puedes esperar de quien corta la piel de naranja a rebanadas caóticas de tajo de cuchillo? Sólo escoge la realidad entrecortada que aparentemente mejor se adapta a su paladar, para permitir la digestión de una situación socialmente comprometida. Tal vez pretenda aprovechar el gajo de la naranja podrida, sin caer enferma de indigestión “católica”. Porque desde esa serranía “fisna”, propia de un hipercultismo forzado, del que presume sin darse cuenta aunque no quiera,  tiene que encontrar una explicación contundente al divorcio de la hija, que entre sus iguales  expíe culpas de su hija, hasta el victimismo; y de paso aliene al hijo con la madre, de quien no es capaz de destacar nada positivo, sólo el mérito impostado de desvirtuar la figura paterna a ojos de su nieto.

¿Cómo Trabajar el Conflicto de Lealtades en el Niño?

Pero para el padre la explicación racional queda coja, porque sólo justifica. Es mejor ir más allá de la razón y llegar al perdón. Como en todo, la respuesta salvadora del padre del niño está en el AMOR. El amor con uno mismo y el amor hacia sus hijos. El amor permite a la persona no tener miedo, sin caer en la tentación de estirar la valentía hasta la prepotencia.

El trabajo no es una condición, porque va intrínseco a la persona, y la persona es mucho más. El trabajo es una disposición servicial a la vida y al prójimo, sobretodo si uno trabaja dentro y fuera de casa,  hace de anfitrión incluso cuando no corresponde, y muestra voluntad de ayuda pese a que sufra indisposición. La persona es además un sentido de ver la vida, de amarla y de respetarla, que permite llegar hasta el perdón, desde incluso la asimilación de las miserias humanas como condición inherente a la naturaleza de la persona.

Educar con Amor

El amor del padre hacia los hijos ayuda a sobrevolar ésta y más dificultades mientras hace de modelo de persona, desde la coherencia propia del que sigue su camino con criterios propios. Como en un maratón, para ganar sólo tiene que superar su marca. Volver la vista a los tiempos y estrategias de otros sólo genera rencor, odio y despista del objetivo: EDUCAR con AMOR.

Amor y Compasión

Tal vez la respuesta más oportuna del padre se manifieste en un encuentro casual con la abuela, en el que tener la oportunidad en silencio, de poner la misma cara de perplejidad, miedo y decepción que se le queda,  cuando devuelve un miércoles los hijos a la guarda y custodia de la madre, después de disfrutar del régimen de visitas ordinario, y se encuentra entregándolos  a una amiga de ésta, porque la madre ha decidido disfrutar del fin de semana desde el miércoles, haciendo su “nueva” vida…, con todo lo que trabaja ella. Respuesta: amor y compasión. ¡Póbrecita madre de madre!, ¡póbrecita madre!,  y ¡póbrecito (aunque duela) hijo de madre y padre!

Posíblemente lo fácil sería decir el daño que la abuela hace al nieto con ese tipo de comentarios, pero no. Es un aprendizaje más. La vida le enseña que las personas que le quieren también dicen barbaridades y una abuela se merece quererla incluso así. Otra cosa es la distancia física que, el niño solo, aprenda a poner de por medio con personas, que queriendo, hacen daño.


Comentarios

3 respuestas a «La peladura de naranja»

  1. Una pena que existan personas que no sepan separar los problemas de sus comentarios .(la abuela), evitando asi hacer daño a los que quieren (el niño). Por supuesto, en este caso el amor tiene que ser puro y sin espinas (del padre hacia el hijo) y evitar el conflicto…

  2. Y yo me digo cuantos tipos de amor existen? El amor a tus hijos a tus padres hermano hermana el amor por un amigo, el amor por tu trabajo por lo que haces,
    el que te tienes a ti mismo…..O quizás solo haya un tipo de amor?
    En cuanto al amor en la pareja lo compararía con una bella flor, dichosa fragancia¡¡¡¡ Pero hasta las flores más hermosas tienen espinas.

  3. En general estoy muy de acuerdo con lo que dices. La respuesta al niño creo que es la más correcta y la parte que hablas del amor y perdón es muy bonita y creo que si consigues perdonar te va a reportar una grsn paz y sosiego, aunque a veces es tan difícil. Además lo que realmente importa como hien dices es el amor a nuestros hijos y ese debe ser tu motor interior y como consejo te diría que deberdeberíaas olvidarte de lo que hacen los otros o dicen

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