La palabra empatía responde en parte a esa locución verbal que suele utilizarse para relativizar la importancia de las cosas: “depende del cristal con que lo mires…”. Pero en este caso hace referencia a los ojos del corazón.
Cuando miramos con los ojos del corazón nos es más fácil comprender el comportamiento y las reacciones de alguien en particular y sobretodo las emociones y sentimientos que pasan por su interior, porque el corazón trata de ponerse en el lugar del otro desde sus propias circunstancias. Los corazones de las personas tienen el mismo lenguaje. Sin embargo, la razón no atiende a motivos, desde la objetividad.
Por eso hay veces que razón y corazón no trazan el mismo camino para entender al otro y tenemos que tener por seguro, que el otro se merece una oportunidad para comprender su situación. Desde aquí invitamos a seguir la premisa de la empatía: Es más fácil sintonizar el mismo lenguaje si tratamos de mirar desde el corazón.
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