Psicología de la Soledad soledad psicologia 

La soledad es un sentimiento que cautiva a uno dentro de si mismo y no olvidemos que el ser humano es social por naturaleza. Existen diferentes tipos de soledad, pero estamos conformando una sociedad individualista con tendencia a resolver tanto el trabajo como el tiempo libre, desde la intimidad de nuestro hogar. El problema de la soledad ya no está siendo tanto de formas de personalidad o circunstancias de la vida, como de estilos de vida.

Causas de la soledad

Se ha escrito mucho sobre la soledad, pero las causas de la soledad hoy en día son tanto propias, como sociales. Este artículo aborda la soledad circunstancial, aquella que no se elige y que por circunstancias de la vida, divorcio, duelo, cambio de país o comunidad de residencia…, abandonan a la persona en el sentimiento de viajar como único pasaje en un carguero transoceánico.

Confianza en el cambio

¡ Qué complicado es combatir la soledad cuando uno se la malcree!

La vida es un gran teatro en el que cada uno juega un papel diferente en cada momento y según con quién se relacione, sin dejar de ser uno mismo. La misma persona puede aparecer como autosuficiente y soberbia ejerciendo su trabajo, porque el marco del puesto y la categoría se lo permite; y humilde y sumisa en su relación de pareja, en sus relaciones familiares o sociales, porque establece dinámicas de relación de servidumbre con sus allegados más cercanos. Y esta relación con los demás a lo largo de la vida puede cambiar por circunstancias, valores o intereses coetáneos al momento del desarrollo de la persona en relación al entorno que está viviendo.

Hace años existía una canción muy laureada en aquellos momentos en los conciertos de Loquillo que se titulaba “La mataré”. Hoy en día es impensable oírla en un concierto, porque es políticamente incorrecta. La sociedad cambia, las personas cambian y las circunstancias también.

Todos tenemos diferentes papeles en la vida

La vida, las personas y las cosas están ahí cada día antes de que interactuemos con ellas. Nosotros decidimos día a día, minuto a minuto, cómo nos queremos relacionar con cada uno de los elementos de nuestro entorno.  Y aunque no queramos implica un posicionamiento propio respecto a los demás.

Nos relacionamos desde arriba en mayor o menor medida, desde abajo en mayor o menor medida o de igual a igual. Ésto es lo más sano y lo más complicado al mismo tiempo. Por mucho que nos empeñemos es literalmente imposible mantener una relación de igualdad con todo el mundo, o con una misma persona durante todo el tiempo. Los ademanes, los gestos, las actitudes nos delatan por momentos, cuando por ejemplo sabe más de lo que habla un interlocutor que otro. Si nos sentimos pletóricos y contentos por una buena noticia solemos transmitir, aunque no queramos, seguridad, confianza y firmeza. La comunicación no verbal es nuestra cómplice en ésto. Aquí la probabilidad de aparentar prepotencia aumenta. Si por el contrario hemos recibido y sentido una mala noticia la probabilidad de aparentar sumisión es mayor, y fácilmente caemos en generar la impresión externa física y emocional de “póbrecito”.

¿ Por qué puedes sentir soledad?

La soledad en quien se la malcree es el póbrecito continuo de la mala noticia. Es una vivencia tan profunda y primaria que satina el fondo de color los demás acontecimientos en la vida. Es algo de lo que no se puede escapar, que nos hace vivir con más intensidad lo malo que nos ocurre y con menos lo bueno. No tener con quien compartir la buena noticia resulta incómodo porque el Ser Humano es un ser social por naturaleza.

Paradójicamente abanderarse, que no abandonarse, en la soledad puede ser una solución para combatirla. Es algo parecido a una elección de vida. Se trata de un contrato con uno mismo, sólo por el momento que nos toca vivir. Tal vez visualizarnos como un personaje solitario nos ayude a sobrellevar con un criterio estético, lo que por sentimiento duele.

Es el rol, es el papel que nos ha tocado representar en este momento de la vida. En realidad no dice nada de nuestra persona. Seguimos siendo el/la misma (en esto no existe la inmediatez), igual de interesante, sensato/a, dinámico/a, fuerte, hábil, flexible… ¿ Y si tratamos de sacarle partido a la condición momentánea de soledad y jugar bien nuestro papel y nuestras cartas?

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Existe una figura típica de cómic, novela negra o cine negro, en la que en el caso del varón es un  tipo duro, que suele estar relacionada con el detective solitario, que se toma la última copa con la única conversación del barman aburrido, de madrugada en un antro del que hace rato se fue borracho, sin despedirse, el penúltimo cliente. Por otro lado existe la figura femenina, que viene de vuelta de todo  como mujer fatal, de aparente dificultad para abordar, que se mueve con seguridad por su entorno, figurando saber en todo momento qué o quién le espera de aquí a media hora. Su atractivo reside justamente en eso, en la representación de mujer difícil de sorprender. Nuestra arquitectura mental permite introducir congruentemente estas tipologías dentro de un grupo de gente individualista de vida solitaria.

Tratamiento de la Soledad papel mariposa

Por simple o complicado que parezca, hacer el ejercicio de meternos en esos papeles ayuda a quien trata de conocernos a plantearse como un desafío el acercamiento hacia la persona o el personaje que representa. Y a nosotros mismos nos ayuda a sintonizar contextualmente nuestra comunicación no verbal dentro de unos límites de coherencia con aquello que estamos viviendo, la soledad. Son dos ejemplos caben muchos más. Para el tratamiento de la soledad necesitamos encontrar el traje de personaje solitario que vista mejor nuestra persona de manera, que nos sirva para representar dignamente la obra de vida, que en este momento nos toca interpretar.

Si encontramos el rol que nos ayuda a salir del cautiverio de nuestro agujero emocional y físico (la casa), sin vergüenza de ir solos, la probabilidad de encontrar acompañamiento aumenta sin pesar interior. Además de esta forma seguimos desarrollándonos, sintonizando con la vida en la que las personas cambian, las cosas cambian y las circunstancias se modifican. Así esperamos el momento del nuevo papel para interpretar, mientras disfrutamos con éste.

La soledad es nuestro resorte de crecimiento de crisálida para convertirnos en mariposa.

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2 comentarios

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  1. Detrás de mi escritorio hay una venta, miro el cielo y veo unas nubes de un azul esplendido un atardecer maravilloso. Creo que por mucho que te digan siempre estas solo percibiendo tu realidad, tu realidad no la realidad, y que esta se modifica dependiendo del momento y del papel que tu ego (como bien dice Héctor)ha decidido interpretar. No entiendo bien el final la soledad es el resorte de crisálida a mariposa. Buen articulo

  2. Interesante artículo, un asunto que nos preocupa a todos en mayor o menor medida y los años te hacen valorarlo aún con más intensidad.

    Bajo mi opinión nacemos solos y moriremos solos, pero somos animales sociables y nuestra mente no puede soportar la idea de pasar la vida sin tener a nadie a nuestro lado en la camino de la vida. El poder de la mente y el valor de ser consciente que nuestro ego no quedará nunca satisfecho y necesitará siempre crearnos situaciones problemáticas. Somos conciencia y la mente no lo soporta…